No tienes culpa
La violencia en una relación muchas veces sigue un patrón particular. Se alternan fases de violencia, de reconciliación, de arrepentimiento y de progreso. Puede ser muy difícil separarte de este patrón. Muchas veces el amor regresa y hay fases sin violencia.
No es tu culpa si vives violencia. Tampoco es tu culpa si no puedes terminar la relación.
Muchas personas violentas justifican su comportamiento como algo que les invade. O le dicen a su pareja que el alcohol u otras circunstancias las lleva a ser violentas. Una persona afectada nos ha dicho: "Creía que el problema era yo. Pensaba que, si me comportaba mejor, todo iría bien." Es normal que las personas afectadas crean esto al principio. Aman a la otra persona y creen que la situación podría cambiar.
Si la descripción siguiente de una espiral de violencia te suena, o reconoces elementos de ella en tu propia relación, te recomendamos que busques ayuda. También puedes rellenar nuestro cuestionario.
1. Las tensiones se acumulan
Hay muchos factores que pueden generar tensiones intensificadas en una persona violenta: Problemas en el trabajo, alcohol y/o drogas, enfermedades físicas, fatiga. Emociones como rabia, frustración y paranoia. Muchas veces lo notas, e intentas calmar a tu pareja. Sientes miedo, andas alerta y tienes cuidado en todo lo que haces o dices para no enfadar a la otra persona.
2. Violencia
La tensión se descarga en violencia. Esto puede ser: violencia emocional, física, social, etc. (vea "Esto es violencia doméstica").
La persona violenta te puede culpar por la violencia que ejerce contra ti: "Por tu comportamiento, me obligas a actuar así". No te olvides que la violencia siempre es una decisión. Aunque la tensión puede explicar la violencia, no la justifica.
3. Reconciliación
Después de un incidente violento, la tensión desaparece. Tu pareja intenta ganarte otra vez. Te pide perdón y te hace regalos, ves arrepentimiento, gestiona el amor y te asegura que algo así "jamás pasará de nuevo". Justifica la violencia con el alcohol, los celos o el estrés. Con este comportamiento la persona violenta quiere comenzar la fase de "luna de miel". Muchas veces te sientes especialmente conectada/e/o con tu pareja y crees que ahora tienes de vuelta la relación "verdadera".
4. Calma
La crisis ha pasado. Para mantener la paz y la armonía, es posible que empieces a aceptar las excusas de tu pareja e incluso a dudar de la violencia. (“¿Realmente era todo tan malo?”)
El ciclo empieza de nuevo
Es típico que este ciclo se repita con el tiempo. Raramente la violencia es un acto único. La pausa, entre las repeticiones, puede ser de distinta duración y muchas veces disminuye con el paso del tiempo. La fase de calma puede llegar a ser muy breve o, incluso, puede desaparecer completamente del ciclo. Normalmente, la violencia aumenta con el paso del tiempo.
Tú también eres violenta/e/o?
También es posible que las dos personas en una relación muestren comportamientos tóxicos, incluso que ambas personas sean violentas. En una relación violenta, normalmente, una persona tiene más poder que la otra.
Si tú también usas la violencia, por ejemplo, reaccionando, puedes y debes buscar ayuda.